A través de los años todos acumulamos objetos que tienen un valor especial para nosotros, llámese artístico, monetario, utilitario, histórico o simplemente sentimental. Pueden ser desde la vajilla de bodas, una carta, una imagen sagrada o hasta el cuadro de una mano maestra.
Con el tiempo estos objetos, los que nos resistimos a tirar y que nos han acompañado por años, se revisten de nuestros recuerdos y experiencias para formar parte de nuestra identidad; convirtiéndose en receptáculo de aquello que luchamos por preservar de nuestro pasado.
Por eso, en Arte y Memoria trabajamos por mantener vivos sus más entrañables recuerdos a través de la restauración y conservación de bienes muebles, para asegurar que estos objetos, con los cuales revivimos experiencias y compartimos anécdotas, permanezcan para el disfrute de futuras generaciones y asegurar que su memoria perdure.
Mantener el objeto es mantener vivo el recuerdo.